Relaciones y...AMOR

La existencia del ser humano se basa en la relación, si podemos entender que el fin máximo de tal concepto es estar unidos por el cuerpo, la mente y el espíritu nos damos cuenta que en muchos aspectos hoy en día la relación interhumana se ha corrompido, está disociada porque cada individuo está internamente fragmentado, cada quien pensando en su propia ambición, sus metas, sus anhelos, su satisfacción. Así las cosas, se van estableciendo nexos entre individuos que buscan seguridad psicológica, grupos sociales, relaciones de dos, insertarse en un rol donde se sientan aceptados en el campo de las ideas y eso dista mucho de ser una relación, siempre surge una mente dominante que trata de subyugar al otro o los otros, y por el ancestral temor a la soledad que llevó al hombre de las cavernas a unirse en grupos y más tarde en clanes y de ahí en aldeas porque compartían un terreno y tenían fines comunes se ha degenerado el término de relación al de unión! Relacionarse es no depender de otro, no es escapar de la propia soledad a través de otro pues así solo se busca satisfacción a través del otro. Relacionarse significa que no hay separación, dominio ni acción egocéntrica, somos dos en una entrega paritaria pero podemos existir sin el otro, podemos sentir orgullo y satisfacción más allá del otro. Ciertamente en los planos socio-políticos-profesionales se ve la ambición desmedida, la comparación odiosa, la envidia, la competencia insana que lleva a una lucha sin cuartel por superar a otros(s). Entonces no se establece nexo alguno que permita relacionarse para hacer algo mejor, y se cae en la insatisfacción permanente. Pero de regreso a las relaciones interpersonales hay que construir un ahora de a dos, donde no necesito estar pegado a otro para existir, para sentir que puedo realizarme, se muere un poco cuando no existe consciencia de ser, cuando no puedo disfrutar del momento porque es posible que luego esté solo, y la verdad quien se tiene a sí mismo no puede estar solo, porque hay sueños alimentados desde el yo, capacidades únicas, intereses que pueden ocupar nuestra mente y tiempo. Mientras el otro realiza, sueña, desarrolla y hace por su parte. Si hay real relación se buscarán para compartir momentos, espacios y quizás la vida entera, ahí es donde nace el germen del amor verdadero, en el compartir, entregar y recibir en forma paritaria. Se suele leer u oír sobre el dolor, la tristeza y las alegrías que causa la relación de pareja, porque claramente una relación involucra todas nuestras emociones y debilidades psico-emocionales, lo que no siempre pensamos es que el otro es también un compendio de emociones y debilidades. Además de las individuales costumbres, crianza, experiencias, traumas y motivaciones que nos mueven, en una palabra el pasado de cada cual. Luego se puede concluir que es necesario que cada uno venga con: -. Autoestima sólida -. Sano de experiencias anteriores -. Buen manejo de las emociones -. Tener la habilidad para establecer una comunicación empática. -. Consciencia de autonomía. -. Buen manejo de la soledad. .- Estar abierto a una sexualidad total, sin tabúes añejos. .- No tener miedo latente a equivocarse o a ser herido(a) .- Respetarse y respetar al otro, exigiendo respeto. .- Evaluando y aceptando las diferencias de ambas partes. Así es posible apostar a ganador y lograr ese amor para toda la vida.