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este rincón nace de mi inquietud personal de compartir lo que sé con quienes quieran seguirlo.
PES son mis iniciales y a la vez significan Percepción Extra Sensorial...¡causalidades de la vida!

domingo, 1 de febrero de 2015

EL SIMBOLISMO DE LOS CUENTOS.-

En los cuentos de hadas, ogros, brujas malvadas,  príncipes encantados y otros elementos por el estilo, hay un simbolismo que se vincula con el escondido mundo de lo para-normal.
Casi todos llevan implícitas pruebas iniciáticas de antiguas hermandades. Por ejemplo Blanca Nieves en conexión con el número 7, el número sagrado y perfecto en la antigüedad. Los 7 enanos son justamente los gnomos, contraparte espiritual de los minerales a los que aluden todas las añejas enseñanzas populares y esotéricas. Hay un aleccionante texto de Paracelso, relacionado con estos inocentes obreros subterráneos que toman la forma de diminutos ancianitos.
 Recordemos que entre los egipcios y los griegos, entre los pitagóricos y todos los cultores del profundo simbolismo de los números, el siete fue altamente significativo. No por casualidad se habla de siete planetas astrológicos, de siete metales alquímicos, de siete cuerpos de la anatomía oculta del ser humano, de siete cosmos en referencia al macrocosmos, siete colores del arcoíris, siete notas musicales y que sean siete los días de la semana.
La Bella Durmiente fusiona con el 12 y 13, encontramos que en el reino del padre de esa niña recién nacida eran trece las hadas, y sin embargo se invita sólo a doce, y la treceava resulta el hada fatídica. En esto hay una profunda significación esotérica, que va mucho más allá de la popular superstición con el número 13, pues el 13 en numerología profunda es un número positivo vinculado al cambio espiritual y hace mención al año lunar de 13 meses de 28 días con uno que es el día del descanso. En cuanto a que se invite a doce a la fiesta: podemos asociar esto con los doce apóstoles, sin olvidar al Maestro que hace el 13; los doce dioses olímpicos en Grecia, los doce signos astrológicos que en la antigüedad eran 13; los doce pares de Francia que secundaban a Carlomagno, rey que hacía el 13; al igual que los doce caballeros que acompañaron al Rey Arturo en la mística aventura de la Tabla Redonda, las doce horas de Apolonio de Tyana. El 12 aparece en muy diferentes culturas como número clave. Las hadas de éste y otros cuentos tradicionales no son meramente personajes de fantasía, sino que se corresponden con criaturas de otras dimensiones a las que han hecho referencia muchos clarividentes. Estos seres vivirían en otro plano, más sutil, y tendrían justamente la misión de ayudar a los seres humanos. Once de las hadas le ofrecen a la niña diversos dones, como virtud, belleza, riquezas, etc.; la número 13 —ofendida por no haber sido invitada al bautismo— maldice a la recién nacida pronosticando su muerte a los quince años; a su vez, el hada número 12, que aún no se había manifestado, aminora esto diciendo que solo será un sueño de cien años. Vemos claramente, haciendo "otra" lectura distinta, el trabajo que los Señores del Destino realizan antes de cada nacimiento, balanceando los méritos o deméritos de quien va a nacer y marcando su suerte.
El sueño de la bella durmiente, y el sueño en que caen todos los habitantes del reino, es desde otro punto de vista ese "dormir" en vigilia que para algunos autores esoteristas es la condición actual del ser humano. Una zarza enorme cubre el palacio y a los durmientes, lo que puede evocar la zarza ardiente que encontró Moisés en el desierto, y alude a la necesidad de ciertos conocimientos para lograr despertar realmente la conciencia.
Hay elementos que se reiteran, como la presencia del príncipe y la princesa; uno de ellos o ambos han sido encantados, y el amor los libera. El casamiento final alude a la "boda química" de los antiguos alquimistas, y a la unión del alma humana y el espíritu presente en todas las antiguas enseñanzas. Los cuentos comienzan en general con la expresión "Erase una vez..." lo que hace referencia a que se trata de algo que puede volver a suceder una y otra vez, en diferentes casos, lo que está vinculado a la ley de Recurrencia y también a la ley cósmica del Eterno Retorno. Y suelen culminar los relatos con una frase harto sugestiva: " y si no han muerto desde entonces, ellos están todavía vivos". Se podría por ejemplo decir que el viejo rey, que muchas veces aparece, es tal vez la Eterna Conciencia, el Anciano de los Días de los cabalistas.
Hay cuentos que han sido cambiados para darles un tono mágico y sin crueldades, por ejemplo La Cenicienta. En este cuento el padre no está ausente, simplemente evita favorecer a su hija y apoya a las hermanastras, que no sean nada de feas pero sí de corazón negro, aquí es necesario hacer notar  el sentido alegórico, e interpretar que ese padre equivale al Ser interior de cada uno, nuestra Conciencia más profunda en otros términos. Desde la perspectiva religiosa: ese Dios que en muchos casos resulta duro, pero que en definitiva actúa como el perro pastor que muerde a las ovejas para que no se desvíen de la buena ruta y se precipiten en un barranco.
Las palomas y otras aves ayudan a Cenicienta a separar el grano para poder ir al baile. Esto nos habla de otra realidad oculta: la relación que puede darse entre un alma pura y esas "ánimas" que son la parte espiritual de los animales.
Por tres veces Cenicienta baila con el príncipe, y al llegar la noche (no la medianoche, que es algo que agregaron versiones posteriores) se escapa para no ser reconocida. El número 3, la acción realizada por tres veces, es un elemento también constante en este tipo de historias tradicionales. Vale recordar el profundo sentido del 3 que es el número sagrado en primer lugar, la trinidad perfecta; representa además la trinidad pagana. Geométricamente es el triángulo en todas sus formas, la pirámide espiritual de base 3 y el tercer ojo. Culminando con la peripecia de Cenicienta, la muchacha apela a su madre difunta; acude a su tumba a la hora de la imposibilidad, y es allí donde aparece la solución. Aquí percibimos dos elementos de inusitada hondura: el aspecto maternal-espiritual, simbolizado en el catolicismo por la Virgen María, que puede prestar ayuda a quien transita un camino de búsqueda trascendente; pero también está la tumba, o sea —herméticamente hablando— la "muerte que nos da vida".
No se muestra, en la versión idealizada, cómo las aves amigas de Cenicienta castigan a las hermanastras, dando la imagen de la Ley de Acción y Reacción, evitan también contar que las hermanas se cortan los dedos para ponerse el zapato que nunca fueron de cristal, otra cosa que no existe en el relato original son los ratones y la calabaza.

Un elemento reiterado es la orfandad de la protagonista, especialmente remarcada por la ausencia de la madre que es el seno protector y ese lugar ocupado por una madrastra malvada -,la madrastra es una mala madre, y analógicamente la vida puede ser una dura madrastra cuando no logramos una adecuada relación con ella,- hechicera como en el caso de Blanca Nieves de la “mano izquierda” que se puede transformar en distintas apariencias. Usa con fines oscuros el portal mágico de su espejo.