Si no trabajamos sobre nuestros pensamientos, si no trabajamos sobre nuestros sentimientos, si no trabajamos sobre el "yo", sobre el "mí mismo", sobre el "sí mismo", se va produciendo dentro de nosotros el fenómeno de la Entropía: tienden los pensamientos a ser de naturaleza cada vez más inferior, las emociones se hacen cada vez más negativas, las voliciones poco a poco más débiles, caen en la Entropía: las áreas del cerebro se debilitan más y ya no trabajan todas las áreas del cerebro como en otros tiempos, sino unas pocas; eso lo saben los mejores médicos, los mejores hombres de ciencia, caen dentro de la Entropía. Todo tiende, pues, a involucionar de acuerdo con esa Ley de la Entropía y a la larga la Entropía conduce a la igualación de las cosas".
Si las gentes no trabajan sobre sí mismas, si no procuran
pasar por una especie de Revolución Psicológica, si no modifican sus
costumbres, su manera de vivir y de ser, marcharán de acuerdo con la Ley de la
Entropía, involucionarán en el tiempo, y un día no habrá diferencia entre
persona y persona, todos seremos terriblemente perversos. Hay una Ley que se
conoce como la «Ley de la Entropía Universal». Si nosotros colocamos dos
marmitas llenas de agua, una conteniendo agua caliente y otra conteniendo agua
fría, y las colocamos juntas veremos un desorden involutivo (he ahí lo que es
la Entropía Universal).
Algunos piensan que conocen a todos, cuando en realidad no
se conocen a sí mismos...A. Durero
Vale la pena que nos
pongamos a estudiar las leyes que nos gobiernan y que muy poco conocemos de
ellas, este es el caso de la Ley de la Entropía. Pareciera que se tratara de
estudiar Física y que esta ley nada tiene que ver con nuestra manera de ser y
actuar, más no es así. Esta ley de la entropía rige nuestra conducta también.
Bien conocido es por los
estudiantes, que esta Ley actúa por ejemplo, en dos recipientes con agua, si
los colocamos juntos, uno con agua caliente y el otro con agua fría, la
entropía se precipita en ellos y la temperatura se iguala en los dos
recipientes.
Muy similarmente, las
relaciones que tenemos con los demás, hace que en la manera de ser, nos
igualemos, si “fulanito de tal” es muy nervioso y nosotros convivimos muy a
menudo con el, la entropía se precipita y terminamos nerviosos también; si este
es corajudo y “truena y relampaguea” constantemente y lo frecuentamos mucho,
terminamos –sin darnos cuenta–, “tronando” y “relampagueando” de igual forma.
De esta manera todo el
mundo estamos tomando costumbres negativas como el alcoholismo, la
drogadicción, el robo, le maledicencia, etc. etc.
Si en una biblioteca
–por ejemplo– no existiera un principio ordenador (que en este caso es el
bibliotecario) la entropía actuaría en ella y poco a poco, libro tras libro,
entraría en desorden, hasta que no se pudiera encontrar absolutamente
nada. Basta que le echemos una ojeada a nuestra recamara o veamos la de alguien
cercano a nosotros, (y si en algún tiempo no hay orden) como para ver cómo
actúa la entropía desordenándolo todo.
Esto nos invita a pensar
que debe existir dentro de nosotros un principio ordenador que nos ayude a
vencer esta ley y no actuar cada vez más en forma desagradable, en forma
inarmónica, que afecta la relación con nuestra pareja, con nuestros hermanos,
con nuestros hijos.
Ese principio ordenador
surge en nosotros cuando estamos dispuestos a establecer en sí mismos “El
Sacrificio”, es obvio que nos estamos refiriendo enfáticamente, a sacrificar
nuestras propias pasiones animales, nuestros deseos insanos, nuestras emociones
negativas, etc.
Algo que nos pone a
pensar con relación a esto, es el Dios Mitra de la mitología antigua; se le ve
esculpido en varias iglesias sacrificando un toro, la sangre que emana cae en
tierra y de ella brotan flores. El toro representa los elementos inhumanos que
debemos sacrificar (orgullo, soberbia, ira, miedo, pereza, envidia, etc.) y al
sacrificarlos vienen por si solas las virtudes del alma (flores). Esta misma
idea nos la dan los sabios aztecas y mayas cuando hablan de los sacrificios,
que lejos de tratarse de sacrificar prisioneros como normalmente pensamos, se
aludía normalmente al sacrificio de las pasiones humanas, es decir el Auto
Sacrificio.
Normalmente nosotros
estamos dispuestos a sacrificar un bien cuando se trata de nuestros hijos, pero
muy rara vez, estamos dispuestos a sacrificar nuestros dolores, nuestros
sufrimientos, parece mentira, pero estamos aferrados a estos. Para “prueba
basta un botón”, nos dice la filosofía popular, véase que a cada rato estamos
contando a nuestros semejantes, “cómo hemos sufrido”, “los trabajos que nos
costó ser lo que somos”, etc. estos demuestra que al relatar esto, no sentimos
más importantes, más exóticos, más experimentados. Lamentablemente todo esto
hace que desgastemos cantidades enormes de energía psíquica y emocional.
Si realmente buscamos
ser felices en la vida y encontrar un equilibrio interior, busquemos una lucha,
no contra los demás, sino contra sí mismos, contra nuestros defectos, y así
seguro la encontraremos.
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