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PES son mis iniciales y a la vez significan Percepción Extra Sensorial...¡causalidades de la vida!

sábado, 14 de junio de 2025

El Kybalion

 

Las 7 leyes herméticas

Los siete principios herméticos son los pilares de la filosofía del Kybalión: mentalismo, correspondencia, vibración, polaridad, ritmo, causa y efecto, y género. Cada uno de estos principios ofrece una perspectiva única sobre la naturaleza del universo y la experiencia humana, proporcionando herramientas para la autocomprensión y el crecimiento espiritual.

El principio del mentalismo: la mente universal

“El todo es Mente; el universo es mental”

El principio del mentalismo sostiene que la realidad es una creación de la mente universal. Todo lo que existe es una manifestación de la mente infinita, y nuestros pensamientos son fundamentales en la creación de nuestra experiencia de vida. Este concepto implica que la conciencia es la fuente de todo lo que percibimos y experimentamos, sugiriendo que el universo es esencialmente mental en su naturaleza.

Este principio también nos recuerda la responsabilidad personal en la creación de nuestras experiencias. Al comprender que nuestros pensamientos actúan como fuerzas creativas en el universo, se nos invita a cultivar pensamientos positivos y constructivos. De esta manera, podemos influir en nuestra realidad de manera consciente, promoviendo no solo nuestro bienestar personal, sino también el bienestar colectivo al reconocer la interconexión de todas las mentes en el universo.

El principio de correspondencia: la ley de analogía

“Lo de arriba es como lo de abajo. Lo de adentro es como lo de afuera”

El principio de correspondencia establece que existe una relación directa entre los diferentes planos de existencia: el físico, el mental y el espiritual. Los patrones y leyes que operan en el macrocosmos se reflejan en el microcosmos, permitiéndonos comprender mejor el universo al estudiar sus manifestaciones en diversos niveles. Esta conexión nos ayuda a entender que las leyes universales se aplican tanto a gran escala como a nuestra vida cotidiana.

Este principio nos invita a ver la armonía en todas las cosas, desde los átomos hasta las galaxias, y a reconocer cómo nuestras acciones y pensamientos internos reflejan y afectan el mundo exterior. Al comprender esta relación, podemos vivir de manera más equilibrada y en sintonía con el universo. Este entendimiento promueve el bienestar personal y colectivo, ya que nos permite ajustar nuestras percepciones y comportamientos para crear una realidad más coherente y armoniosa.

El principio de vibración: movimiento constante

“Nada está quieto, todo se mueve, todo vibra”

El principio de vibración sostiene que todo en el universo está en constante movimiento y cambio. Desde las partículas más pequeñas hasta las galaxias más grandes, todo vibra a diferentes frecuencias. Este entendimiento nos revela que la estabilidad absoluta es una ilusión y que el cambio es una constante universal, permitiéndonos adaptarnos mejor a los cambios y fluir con la vida.

Cada objeto, pensamiento y emoción tiene su propia frecuencia vibratoria, lo que implica que nuestras vibraciones personales pueden influir en nuestra realidad. Al mantener una frecuencia elevada y positiva, podemos atraer experiencias más armoniosas y satisfactorias, creando una vida equilibrada y saludable. Este principio nos enseña a ser conscientes de las energías que emitimos y recibimos, promoviendo una existencia más consciente y alineada.

El principio de polaridad: dualidad y opuestos

“Todo es doble, todo tiene dos polos, todo tiene su opuesto. Igual y desigual son la misma cosa. Los extremos se tocan. Todas las verdades son verdades a medias. Todas las paradojas pueden ser reconciliables.”

El principio de polaridad afirma que todo tiene su par de opuestos, y que estos opuestos son en realidad dos extremos de lo mismo. Este concepto nos ayuda a comprender que la dualidad es esencial para el equilibrio, y que los contrastes existen para complementarse y enriquecerse mutuamente.

Este principio nos ofrece herramientas para la transformación personal al cambiar nuestra percepción de los polos opuestos. Reconociendo que los extremos son parte de un mismo continuo, podemos trascender conflictos internos y externos, equilibrando nuestras emociones y viendo las paradojas desde una perspectiva más amplia y conciliadora.

El principio del ritmo: ciclos y mareas

“Todo sube y baja, todo tiene sus mareas, todo sube y baja, el ritmo es la compensación”

El principio del ritmo establece que todo en el universo se mueve en ciclos y fases, como las mareas del océano. Este axioma nos enseña que la vida es una serie de flujos y reflujos, y que el cambio constante es una parte natural del proceso. Reconocer estos ritmos nos permite entender que las fases de expansión y contracción son inevitables y necesarias para el crecimiento.

Este entendimiento nos ayuda a manejar mejor los altibajos de la vida, proporcionando consuelo y paciencia en momentos de adversidad. Al aceptar y alinearnos con los ciclos naturales, podemos mantener un equilibrio saludable y optimizar nuestra energía, viviendo en armonía con los ritmos del universo.

El principio de causa y efecto: ley de causalidad

“Toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa, hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley”

El principio de causa y efecto establece que cada acción tiene una consecuencia correspondiente, y que nada ocurre por azar. Este axioma nos enseña que todo lo que sucede es el resultado de causas previas, y que nuestras acciones actuales determinarán nuestro futuro. Comprender esta ley nos empodera para tomar decisiones conscientes y responsables.

Este entendimiento nos motiva a actuar de manera ética y considerada, sabiendo que nuestras acciones afectan no solo a nosotros mismos sino también a los demás. Al explorar los diferentes planos de causalidad, podemos alinear nuestras intenciones y pensamientos con nuestros objetivos, creando un flujo de energía positiva en nuestra vida.

El principio del género: energías masculina y femenina

“El género está en todo: todo tiene sus principios masculino y femenino, el género se manifiesta en todos los planos de la creación”

El principio del género sostiene que todas las cosas contienen dos energías fundamentales: la masculina y la femenina. Estas energías no se refieren exclusivamente al sexo físico, sino a cualidades complementarias presentes en todas las formas de vida y en todos los niveles de la realidad. La energía masculina se asocia con la acción y la lógica, mientras que la femenina se relaciona con la receptividad y la intuición.

Este principio nos invita a buscar el equilibrio entre estas dos energías en nuestra vida diaria. Al cultivar tanto la energía masculina como la femenina, podemos desarrollar una mayor armonía interna y externa, tomando decisiones más completas y efectivas. Este equilibrio nos permite vivir de manera más integrada y en sintonía con el universo.



Ley de la Entropia (tomado de la red)

 

Si no trabajamos sobre nuestros pensamientos, si no trabajamos sobre nuestros sentimientos, si no trabajamos sobre el "yo", sobre el "mí mismo", sobre el "sí mismo", se va produciendo dentro de nosotros el fenómeno de la Entropía: tienden los pensamientos a ser de naturaleza cada vez más inferior, las emociones se hacen cada vez más negativas, las voliciones poco a poco más débiles, caen en la Entropía: las áreas del cerebro se debilitan más y ya no trabajan todas las áreas del cerebro como en otros tiempos, sino unas pocas; eso lo saben los mejores médicos, los mejores hombres de ciencia, caen dentro de la Entropía. Todo tiende, pues, a involucionar de acuerdo con esa Ley de la Entropía y a la larga la Entropía conduce a la igualación de las cosas".

Si las gentes no trabajan sobre sí mismas, si no procuran pasar por una especie de Revolución Psicológica, si no modifican sus costumbres, su manera de vivir y de ser, marcharán de acuerdo con la Ley de la Entropía, involucionarán en el tiempo, y un día no habrá diferencia entre persona y persona, todos seremos terriblemente perversos. Hay una Ley que se conoce como la «Ley de la Entropía Universal». Si nosotros colocamos dos marmitas llenas de agua, una conteniendo agua caliente y otra conteniendo agua fría, y las colocamos juntas veremos un desorden involutivo (he ahí lo que es la Entropía Universal). 

Algunos piensan que conocen a todos, cuando en realidad no se conocen a sí mismos...A. Durero

Vale la pena que nos pongamos a estudiar las leyes que nos gobiernan y que muy poco conocemos de ellas, este es el caso de la Ley de la Entropía. Pareciera que se tratara de estudiar Física y que esta ley nada tiene que ver con nuestra manera de ser y actuar, más no es así. Esta ley de la entropía rige nuestra conducta también.

Bien conocido es por los estudiantes, que esta Ley actúa por ejemplo, en dos recipientes con agua, si los colocamos juntos, uno con agua caliente y el otro con agua fría, la entropía se precipita en ellos y la temperatura se iguala en los dos recipientes.

Muy similarmente, las relaciones que tenemos con los demás, hace que en la manera de ser, nos igualemos, si “fulanito de tal” es muy nervioso y nosotros convivimos muy a menudo con el, la entropía se precipita y terminamos nerviosos también; si este es corajudo y “truena y relampaguea” constantemente y lo frecuentamos mucho, terminamos –sin darnos cuenta–, “tronando” y “relampagueando” de igual forma.

De esta manera todo el mundo estamos tomando costumbres negativas como el alcoholismo, la drogadicción, el robo, le maledicencia, etc. etc.

Si en una biblioteca –por ejemplo– no existiera un principio ordenador (que en este caso es el bibliotecario) la entropía actuaría en ella y poco a poco, libro tras libro, entraría en desorden, hasta que no se pudiera encontrar  absolutamente nada. Basta que le echemos una ojeada a nuestra recamara o veamos la de alguien cercano a nosotros, (y si en algún tiempo no hay orden) como para ver cómo actúa la entropía desordenándolo todo.

Esto nos invita a pensar que debe existir dentro de nosotros un principio ordenador que nos ayude a vencer esta ley y no actuar cada vez más en forma desagradable, en forma inarmónica, que afecta la relación con nuestra pareja, con nuestros hermanos, con nuestros hijos.

Ese principio ordenador surge en nosotros cuando estamos dispuestos a establecer en sí mismos “El Sacrificio”, es obvio que nos estamos refiriendo enfáticamente, a sacrificar nuestras propias pasiones animales, nuestros deseos insanos, nuestras emociones negativas, etc.

Algo que nos pone a pensar con relación a esto, es el Dios Mitra de la mitología antigua; se le ve esculpido en varias iglesias sacrificando un toro, la sangre que emana cae en tierra y de ella brotan flores. El toro representa los elementos inhumanos que debemos sacrificar (orgullo, soberbia, ira, miedo, pereza, envidia, etc.) y al sacrificarlos vienen por si solas las virtudes del alma (flores). Esta misma idea nos la dan los sabios aztecas y mayas cuando hablan de los sacrificios, que lejos de tratarse de sacrificar prisioneros como normalmente pensamos, se aludía normalmente al sacrificio de las pasiones humanas, es decir el Auto Sacrificio.

Normalmente nosotros estamos dispuestos a sacrificar un bien cuando se trata de nuestros hijos, pero muy rara vez, estamos dispuestos a sacrificar nuestros dolores, nuestros sufrimientos, parece mentira, pero estamos aferrados a estos. Para “prueba basta un botón”, nos dice la filosofía popular, véase que a cada rato estamos contando a nuestros semejantes, “cómo hemos sufrido”, “los trabajos que nos costó ser lo que somos”, etc. estos demuestra que al relatar esto, no sentimos más importantes, más exóticos, más experimentados. Lamentablemente todo esto hace que desgastemos cantidades enormes de energía psíquica y emocional.

Si realmente buscamos ser felices en la vida y encontrar un equilibrio interior, busquemos una lucha, no contra los demás, sino contra sí mismos, contra nuestros defectos, y así seguro la encontraremos.